En un contexto donde las cifras de feminicidio y violencia doméstica aún estremecen al país, Esposada llega como una obra teatral necesaria, urgente y profundamente conmovedora. Y lo hace bajo la mirada firme y decidida de Zelma Gálvez, quien asume el desafío de liderar la producción ejecutiva desde una visión comprometida con el cambio social.

Conocida por su trabajo en la comedia, Zelma Gálvez da un salto importante en su carrera, apostando por una historia que rompe con los moldes tradicionales del entretenimiento. “Era momento de usar mi voz para amplificar otras. Esposada es el reflejo de muchas realidades silenciadas. Es un homenaje a todas esas mujeres que han sobrevivido, y también a las que ya no están”, sostiene.
La obra, dirigida por Walter Taiman, es una radiografía cruda y directa de cómo las estructuras patriarcales y corruptas sostienen el ciclo del abuso. Pero también es una historia de valentía, resistencia y liberación, con un final que desafía expectativas y despierta reflexión.
Con Marisol Aguirre y Víctor Prada como protagonistas, la puesta en escena se convierte en un espacio donde el dolor se transforma en denuncia, y el arte en herramienta de transformación.

Zelma Gálvez no solo produce una obra: está impulsando una conversación necesaria desde las tablas. Su participación como mujer al mando de una propuesta tan potente marca un precedente inspirador para la industria del espectáculo en el Perú.
“Más mujeres liderando significa más historias contadas con verdad, con humanidad y con justicia”, concluye Gálvez. Y Esposada es prueba de ello.
